El lunes a media noche se dio comienzo al festival con la  “Festa de benvinguda al Festivern 2015” en el Pub Màgik, donde más de 1.500 personas pudieron disfrutar de artistas como Brossa de Ri o Feliu Ventura. Un warm up que nos adelantaba a lo que íbamos a poder asistir a muy pocos metros las dos próximas jornadas.

El martes, tras el recorrido de Correbars, la fiesta se trasladó al recinto de L’evelat Festivern, situado en el campo de deportes municipal, donde se acondicionó una carpa de grandes dimensiones que daría cabida a todos los conciertos además de dos zonas de camping y no una como se pensó en un principio. “La primera zona de camping se llenó enseguida. Cuando nos dimos cuenta habilitemos una segunda y les dimos paso a ellos por una segunda entrada, intentando evitar aglomeraciones” explicaba el responsable de la organización.

La música llegó a la carpa de la mano de Banda Bassoti como cabeza de cartel y de la banda Auxili. Estos fueron los dos grupos más destacados de la jornada, aunque hubo otros ocho conciertos para que la música no dejara de sonar.

El día más destacable fue el miércoles. Por la mañana, se celebraron las actividades diurnas como el concurso de paellas, la comida más típica de Valencia, o los finales de los torneos de básquet, futbito y raspall. Por la noche, los conciertos se sucedieron hasta las 00h, cuando el mítico Emilio José, famoso en la comunidad por su video viral, se encargó de dar paso a las campanadas con las tradicionales 12 uvas de la suerte, consiguiendo que los asistentes entraran en el nuevo año entre risas.

Tras él, subió al escenario lo mejor de la escena valenciana. La Gossa Sorda volvió a escena tras dos años sin subir al escenario, y sorprendió con la presentación de su quinto trabajo “La Polseguera”, con canciones que reivindican un cambio político en el País Valenciano. Tras ellos fue Zoo, quien ha sacudido el panorama valenciano con una gran expectativa. El artista llenó la carpa hasta los topes siendo uno de los protagonistas de este festival. Los asistentes coincidieron en que este año el festival se había superado. “Llevo cinco años viniendo al festival, y nunca defrauda. Es una manera de que podamos luchar por nuestra cultura de forma pacífica, con nuestra música, nuestros versos y nuestra gente. Y también es una manera de que se den cuenta que no somos cuatro gatos, si no que somos muchos los que luchamos por una normativización para nuestra lengua”.

Un año más, el Festivern, pese al frío, ha conseguido que un año más, miles de personas se despidan del año con música combativa, hermandad, alegría y rebeldía. Según Jordi Juan, el Alcalde de Tavernes de la Valldigna, «El éxito se debe a que hemos conjugado actos culturales y diversión con la promoción de nuestra música y nuestra ciudad. Este festival no solo sirve de escaparate para la ciudad, si no que sirve de apoyo a muchos grupos valencianos y catalanes y ayuda en la normativización de nuestra música, por lo que el año que viene lucharemos por una 11º edición igual de buena que esta”. 

Además de este concierto, en la comunidad se pueden disfrutar de otras muchas fiestas dependiendo de los gustos, como la Rabe de Benagéber, donde se concentraron más de 3.000 personas, la fiesta organizada por la Discoteca Pachá en la Ciudad de las artes y las ciencias, con cerca de 4.000 asistentes, El Valencia Winter Festival  o fiestas como las organizadas en el Teatro Flumen o la Sala Carolina que ofrecían una mezcla entre arte, uvas y humor.