Para José Augusto Oliveira, miembro de la Comisión Ejecutiva del CN y del CGTP-IN y responsable por las áreas sociales, lo que se está viviendo en el país es “una vuelta al Estado Nuevo, a la Portugal de antes de 1974”. Oliveira no dudo en señalar al Estado actual como “anticonstitucional”, debido a que está “mutilando los derechos sociales del ciudadano”. También hizo especial hincapié en el destino de los impuestos, criticando duramente el hecho de que más del 17% de los impuestos vayan a parar al BNP. Esta idea fue apoyada por el economista Eugenio Rosa, que expresó que aunque el Estado ingresa suficiente dinero para mantener el Estado de Bienestar, “prefiere” gastarlo en otros departamentos.

Desde una perspectiva más social y menos económica se manifestaron Nuno Augusto y Raquel Valera. Para Nuno Augusto, docente del departamento de Sociología de la UBI, el ciudadano portugués cree que los derechos “son un favor” que otorga el Estado, y que esto ha ayudado a que ahora se estén suprimiendo sistemáticamente. También señalo la peculiar situación de los países del sur de Europa (España, Gracia, Portugal) que al entrar tan tarde en la vida democrática (a finales de los años 70) no tienen la concepción de los derechos ciudadanos como algo inviolable, si no como una característica que “puede estar subyugada a otras, como es la economía”.

Raquel Valera, investigadora del Instituto de Historia Contemporánea de la Universidad Nueva de Lisboa y coordinadora del libro “Quem Paga o Estado Social em Portugal”,  fue más crítica todavía en su discurso y señalo al sector privado financiero como el responsable de la crisis. “No creo que la introducción del sector privado en la economía portuguesa a la vez que apareció la deuda sea algo fortuito” expresó Valera, que también mostró durante su ponencia como el Estado, teóricamente neutral, interviene en las economías adulterando así muchos principios reflejados en la Constitución. “La mayor industria del mundo, la empresa armamentística norteamericana, es dependiente del mayor Estado del mundo”, expuso como ejemplo del dictamen anterior, ejemplo que sorprendió a los asistentes al evento.

Cuatro charlas hubo en el evento, pero unidas todas por una misma idea. La de que el Estado ha abandonado sus deberes con el ciudadano en favor de una relación con el capital que hoy asfixia a los países europeos. Como la propia Raquel Valera expuso en su intervención: “en estas últimas décadas se han aumentando la producción y el capital, pero el precio que el pueblo ha pagado por ello ha sido demasiado elevado”