Jornal Online da UBI, da Região e do RestoDirectora: Anabela Gradim |
El objetivo de la psicología es ayudar, no hacer milagros
Beatriz Burgos · quarta, 17 de abril de 2013 · @@y8Xxv PSICUBI organizó el pasado 3 de abril un ciclo de tertulias dirigido a los estudiantes de psicología y educación de la Universidade da Beira Interior, con el objetivo de suscitar el espíritu crítico de los presentes a partir de las ideas expuestas. |
21951 visitas El Núcleo de Estudiantes de Psicología de la UBI, representados por Alexandra Santos, Rafael Pereira y André Peixoto organizaron la tertulia del “Ideas que valen la pena conocer: psicología positiva, compasión e inteligencia social” para servir de complemento a la formación base de los estudiantes. Durante la ponencia, expusieron dos videos relacionados con la temática tratada, y al finalizar estos videos, comenzó un debate entre los asistentes con el fin de compartir ideas sobre los tópicos tratados. Pereira habló de la plataforma TED.com, “una organización no lucrativa que comenzó en 1984 y consiste en una serie de conferencias con el objetivo de compartir y divulgar ideas alrededor de tres conceptos: tecnología, entretenimiento y diseño”. Peixoto introdujo a los dos ponentes de los vídeos a visionar: Daniel Goleman, psicólogo estadounidense famoso por sus obras Inteligencia emocional e Inteligencia social y Martin Seligman, psicólogo y escritor especializado en la indefensión aprendida y la depresión, hablando en el video sobre la psicología positiva. Tras el visionado de los videos, Teresa Reis, estudiante de Psicología en la UBI comento que “si ayudamos a una persona o no, no tiene porque ser por compasión, sino por altruismo, sentirse bien con uno mismo” a lo que Sofia, funcionaria del centro de Salud contestó que como futuros psicólogos, su deber es “ayudar” no “solucionar su vida”. Goleman, en su ponencia en Monterrey (California) en 2007, habló sobre la compasión y el pensamiento colateral. Cuenta el caso de un importante estudio que se realizo en el Seminario Teológico de Princeton donde la mitad de los estudiantes tenían que exponer sobre la parábola del “Buen Samaritano” y mientras iban de una facultad a otra, había un hombre pidiendo ayuda, pero ellos iban tan absortos que no se paraban a ayudar, lo que daba que pensar estamos tan absortos en nuestras vidas que tenemos la oportunidad de ayudar pero no lo aprovechamos. Esto le lleva a hablar sobre la neurociencia social que estudia los circuitos en los cerebros de dos personas que se activan cuando interactúan cuando le prestamos atención y reaccionas para ayudarle, es decir, que nos identificamos con la otra persona. Con esto cuenta el ejemplo de una entrevista con un asesino que mato a sus familiares más queridos y cuando le preguntaron “¿Cómo pudiste hacerlo?” él respondió “Tuve que desconectar esa parte de mi”. Seligman, en la misma ponencia en 2004, habló sobre el estado de la psicología, que no era “suficientemente bueno” pero que en los últimos 60 años han habido avances para qué actualmente el estado de la psicología sea optimista, y de ahí habla de las 11 razones para ser optimista. Su estudio sobre la psicología optimista tiene tres objetivos que son: la psicología debe ocuparse tanto de las debilidades humanas como de sus fortalezas, debe estar tan ocupada en construir fortalezas como en reparar daños y que debe estar tan interesada en las mejores cosas de la vida y en hacer plena la vida de las personas normales, fijándose en los genios y estimulando a los grandes talentos. Con esto, ha llegado a la conclusión de que se pueden medir las distintas formas de felicidad, y la gran diferencia entre las personas felices y las infelices, es que las felices son extremadamente sociales. |