La música de Bremen
El pasado martes, 17 de Noviembre, los más pequeños disfrutaron, en el Teatro das Beiras, de la adaptación de la obra de los hermanos Grimm “Os músicos de Bremen”. La compañía Jangada teatro montó un espectáculo en el que las máscaras y una narración espléndida fueron el eje de un éxito teatral en el que los críticos más voraces y que suelen ser los más temidos entre los artistas aprobaron la obra con un sobresaliente y muchas, muchas carcajadas.
> Julia Semprún (Universidad Rey Juan Carlos)Cuatro jóvenes actores fueron los encargados de transmitir a los más pequeños covilhenses el mensaje que las grandes figuras de la literatura infantil de todos los tiempos, los hermanos Grimm, quisieron divulgar a las nuevas generaciones: la búsqueda del sentido a la vida. Y es que la revisión de esta obra presenta más complejidades de las que ofrecen los cuentos infantiles al uso.
Para aquellos que no recuerden el argumento se recuerda que todo se centra en las figuras de cuatro animales, un burro, un gallo, un gato y un perro. Todos viejos, cansados e incapaces de seguir con la vida que han llevado, deciden poner camino a Bremen, para tocar en la banda de música.
Desmenuzando la obra encontramos una serie de reflexiones que van desde la relación de esta obra con la Liga Hanseática, una confederación comercial de varias ciudades portuarias de los mares del Norte, que terminó por centrarse en las ciudades de Lübeck, Hamburg y Bremen. Lo curioso de esto es que en los músicos de Bremen se representa mediante los cuatro animales como eran las diferentes clases sociales del pueblo, y a sus dueños como los regentes feudales de esa época.
Esta obra presenta también, por otro lado una cuestión fundamental que todos nos haremos algún día ¿Qué sentido tiene nuestra vida? Este cuento infantil es una metáfora de la constante búsqueda de la felicidad a través de los ojos de cuatro animales, que dan las claves de cómo empezarla. La música se convierte durante la representación que Alberto Fernandes, Luiz Oliveira;, Patricia Ferreira y Vitor Fernandes han clavado magistralmente dirigidos por Jose Caldas, en el epicentro de la obra. Se recurre a antiguos instrumentos como el Ukelele, que pocos saben que es de origen portugués, a pesar de popularizarse en la isla de Hawaii, o la guitarra, el acordeón y la armónica. Una banda sonora original compuesta en exclusiva para la representación por Alberto Fernandes, que da un movimiento completamente nuevo al viejo cuento que acostumbrabamos leer.
Y es que tal vez en este siglo que nos ha tocado vivir, en el que las predicciones de desastres naturales y la posibilidad de guerras entre oriente y occidente dominan las obras literarias y cinematográficas, sea hora de remontarse a tiempos pretéritos y hacer una revisión pausada en esas obras que han caído en el olvido, como “Os músicos de Bremen”
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